Vinos chilenos: de la tierra a la botella única de Viña Tarapacá
Desde 1874, Viña Tarapacá elabora caldos de primer nivel y marca pauta en tradición y calidad vitivinícola. Don Francisco de Rojas y Salamanca -reconocido enólogo- fundó inicialmente Viña de Rosas en el Valle del Maipo y sentó las bases del primer nombre de la empresa, que hoy es referencia en la vitivinicultura local y en más 60 países.
Actualmente, la viña chilena cuenta con 611 hectáreas cultivadas, siendo sus principales mercados Brasil, México, Estados Unidos, Canadá, República Checa y Finlandia.
Su exitosa trayectoria en la producción de vinos chilenos está estrechamente ligada a la historia y la gente de la región del Valle del Maipo. Diversas cepas se cultivan en la zona, destacando particularmente el Cabernet Sauvignon, ya que las condiciones del entorno potencian su sabor y cuerpo.
De hecho, el Cabernet Sauvignon representa el 45% de las vides en Chile, una cepa especialmente apreciada por su maridaje perfecto con carnes rojas, quesos madurados y setas. Al respecto, el Gran Reserva de Viña Tarapacá se alza como uno de los mejores exponentes de esta variedad de tintos, gracias a sus texturas equilibradas, suaves taninos y delicados aromas.
Una botella para celebrar
Con la línea Gran Reserva, esta viña chilena ofrece una experiencia única a los amantes del vino. Se trata de más de 140 años de tradición de cultivo y procesos de la vid, contenidos en una botella con sello personal, especialmente diseñada para celebrar con las mejores cosechas los momentos más importantes de la vida.
La distintiva botella de Tarapacá Gran Reserva es del tipo borgoña -la más antigua que se conoce-, pero especialmente diseñada para esta edición por un artesano amigo del enólogo de la viña décadas atrás, dándole un peso y equilibrio únicos, como el caldo que resguarda. Toma su nombre de la región francesa de Borgoña y, gracias a su color opaco, mantiene intactas las propiedades del vino protegiéndolo de la luz exterior.Tanto en la etiqueta como en el sello en relieve puede verse la representación de la casona de Viña Tarapacá -construida en 1927-, fiel reflejo de su tradición e historia. Todas las presentaciones de la línea Tarapacá Gran Reserva se envasan en esta botella única y, a través de un etiquetado de alto nivel, adquieren su propia personalidad y constituyen el maridaje ideal para ocasiones inolvidables.Así se envasa de forma perfecta un caldo de excelencia de una de las mejores tierras vitivinícolas del mundo, brindando a los amantes del vino el placer de disfrutar de los vinos chilenos en cualquier rincón del planeta.